Podrías contarnos, que meses antes, vestido de mono azul con mil nocturnos zurcidos diarios, te arrastrabas por húmedos y estrechos pasadizos mineros por donde apenas pasaba tu casco. Podrías explicarnos que anhelabas otra vida mejor y aún no vivida representada en traje, cigarrillo, licores –no hubo celebración parisina que no asocie a la botella del ron negrita-, música y familia entonces dejada temporalmente atrás o por venir, gracias al trabajo duro. Es probable que entonces aún no supieras que ahorrarías para un piso cerca del mar, para arreglar tu casa natal, o para que tus hijos -un plural entonces singular- afrontaran sus vidas con otros estudios.jueves, 17 de abril de 2008
El sueño del emigrante produce...
Podrías contarnos, que meses antes, vestido de mono azul con mil nocturnos zurcidos diarios, te arrastrabas por húmedos y estrechos pasadizos mineros por donde apenas pasaba tu casco. Podrías explicarnos que anhelabas otra vida mejor y aún no vivida representada en traje, cigarrillo, licores –no hubo celebración parisina que no asocie a la botella del ron negrita-, música y familia entonces dejada temporalmente atrás o por venir, gracias al trabajo duro. Es probable que entonces aún no supieras que ahorrarías para un piso cerca del mar, para arreglar tu casa natal, o para que tus hijos -un plural entonces singular- afrontaran sus vidas con otros estudios.
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