miércoles, 22 de abril de 2009

Museos: grandezas y miserias.

Ya ha pasado la Semana Santa, tan llena de imágenes y procesiones, por ello me animo a esbozar aquí un tema siempre polémico: el de los cambios de significado operados en las obras por su emplazamiento en los museos y las reivindicaciones desde cualquier nivel de la comunidad sobre su devolución a su lugar original.

La devolución de obras a sus propietarios originales podría ser la resolución de unos “secuestros” muy particulares. Los litigios se producen en todos los niveles: entre países, dentro del país entre provincias, entre un pueblo y una institución religiosa e incluso entre diócesis religiosas. Recordemos algunos ejemplos: 
1) Entre paises: Aunque los litigios más conocidos sean el que mantiene desde hace décadas el gobierno griego contra el British Museum, propietario actual de los mármoles del Partenón; el que enfrenta al ejecutivo de El Cairo a dos instituciones museísticas: El Museo del Louvre por la estatua de Horus y otras 5.000 obras egipcias y a los museos de Berlín por algunos tesoros «nacionales» tan importantes y populares como el busto policromado de Nefertiti. Turquía por su parte reclama su altar de Pérgamo, ahora en un museo propio en Berlín. También hay otros menos conocidos como el caso de Etiopía que pide a Italia que le devuelva el obelisco de Axum 
2) Entre provincias: Segovia reclama la devolución de la sillería del coro al Monasterio del Parral , ahora en Madrid (una parte en san Francisco el Grande y otra en el Museo Arqueológico Nacional). 
3) Entre un pueblo y una institución: El reciente caso de Grajal de Campos contra las madres capuchinas de Toledo que al cambiar de convento se llevaron tres tallas muy veneradas por el pueblo (un Cristo Yacente, una Inmaculada Concepción y un San José con el Niño en brazos). La primera consecuencia es que ya no hubo la tradicional - desde 1803 - procesión de Viernes Santo con el Cristo Yacente, 

Las justificaciones más comunes para la no devolución de las obras son: 
a) Muchas obras pueden sufrir daños irreparables en caso de someterlas a un traslado. 
b) Los museos no pertenecen a un país o a un Estado, a una autonomía, a una ciudad, sino que representan un indiscutible valor concreto de la Humanidad.
c) La falta de seguridad en el emplazamiento original (caso de los bienes de las iglesias rurales). Es un argumento que debe tenerse en cuenta: Muchos han sido los robos de bienes en las iglesias rurales
d) Los litigios de propiedad (caso del Monasterio de Grajal, o de las Diócesis de Lleida.).
e) El mantenimiento de una supuesta “unidad de la colección” .

Además de la cuestión de propiedad se puede también tener en cuenta el problema del significado. El museo lleva a cabo diferentes funciones, allí a la obra de arte se le añaden unos significados provenientes del lenguaje de la cultura. Por ejemplo la colocación en una determinada sala, crea nuevos significados por contraposición o similitud con otras obras. Se produce una valorización del objeto a costa de su extracción del contexto y función y una preservación de su deterioro pero difuminándose su significado abstracto y privando a las zonas rurales de alguno de los pocos elementos reconocibles de orgullo y autoestima, además de alterar en algunos casos, cuando se trata de arte sacro, de prácticas o tradiciones ancestrales. 
Hay casos en que las obras vuelven a su emplazamiento original como los seis miliarios de la vía de la Plata). ¿Qué es un miliario en un museo? Una piedra con interés histórico pero escaso valor artístico, al que seguramente el visitante le prestará una atención secundaria, pues las joyas del museo serán otras; pero esa humilde piedra restituida a su emplazamiento originario, conserva sus valores artísticos y acrecienta los históricos, pues entre dos de ellos marcaban la distancia de una milla romana en esa antigua “autopista”.
Sobre el caso del Cristo de Trabau poco tengo que añadir a lo ya dicho, solo que por las fotos de Octavio se ve que en Octubre del 69 aún estaba en el concejo ( dejó en algún momento la capilla de san Luís pues la foto del cura es sobre la pared de Ca’i Sebastián, en Degaña).
Ahora se encuentra en la sala VIII “La gloria Celeste” del Museo de la Iglesia en Oviedo y merece un par de líneas compartidas: “sendos crucifijos filipinos del siglo XVII, de las parroquias de Santiago de Gobiendes y de San Luís de Tablado en Degaña, ennoblecen también esta Sala” 
Como objeto sagrado notable por sus valores artísticos debe permanecer visible a todos como testimonio de la vida y de la historia de la Iglesia, pero en el otro platillo de la balanza se encuentran los sentimientos de desposesión de los pocos valores materiales destacables en unas comunidades que necesitan autoestima y una pérdida de significado y un cambio de función claros. 
Finalmente, un pdf sobre los aspectos legales de la conservación del patrimonio artístico eclesiástico, muy documentado y con abundantes notas.
¿Dónde debe estar el Cristo de Trabau? ¿Porqué?. La pregunta está ahora en vuestro campo 
( y de postre una añadida por Jose de Mingo en los comentarios: ¿Por qué el Cristo fue llevado al Museo de la Igelsia de Oviedo?.)

4 comentarios:

Noelia dijo...

Difícil pregunta, muy difícil.

Las justificaciones que expones son suficientes para justificar en la mayoría de los casos la permanencia de ciertas obras de arte en museos, ahora bien,el significado que pueden tener sobre todo ciertas piezas de arte sacro en sus emplazamientos originales, significado que el pueblo le imprime (en la mayoría de los casos rozando la idolatría), todo eso lo pierde en la aséptica vitrina correctamente enumerada del museo de turno.

En resumidas cuentas... que ni idea.
Eso sí, que el museo diocesano de Sevilla tenga la ocurrencia de llevarse a la Virgen de Triana (por ejemplo)... hay tiros y puñalás.

Milio'i Sebastián dijo...

El texto que sigue es de Xastre, de La Viliel.la: "Ciertamente, como dice Noe, es difícil la cuestión. Pero si hay que tomar una postura, considero que las imágenes religiosas, aunque no sean las del culto principal, tienen que estar en el lugar al que sus propietarios originales o posesores las destinaron. No olvidemos que la gran mayoría de ellas fueron construidas o donadas por la gente de los pueblos para presidir o adornar las iglesias y capillas de su población y que el traslado de las imágenes, temporal o definitivo (aun argumentando motivos de seguridad), no debería hacerse sin contar con la aprobación previa de los vecinos. Si el motivo es la falta de seguridad, amenaza de ruina, humedades, etc, en las iglesias y capillas respectivas, corríjanse estos defectos. Por tanto, y teniendo en cuenta la historia de por qué la imagen que nos ocupa estaba en Trabáu, el Cristo de Trabáu, a Trabáu."

Jose de Mingo dijo...

Habría que hacerse la pregunta de ¿por qué el Cristo fue llevado al Museo de la Igelsia de Oviedo?. Aún así, y desconociendo la respuesta, comparto el parecer del Xastre, pues las causas que motivaron su traslado ya tendrían que estar subsanadas y por lo tanto, el Cristo debería retornar a su lugar original que es la iglesia de Trabáu, máxime cuando los propios vecinos reclaman su vuelta.

ROSA CUNQUEIRA dijo...

Rosa Cunqueira
Yo soy de las que defiendo que no hay mejor lugar que el originario de cualquier cosa ya sea arte, ya sean seres vivos.
Debemos reflexionar a veces sobre cuestiones injustas que no tienem significado para nosotros conmo este caso.
Yo me pregunto cada dia porque las cosas que son de un sitio no estan en él, porque todo lo bueno que tenemos que es nuestro en definitiva nos dejan sin ello.
A veces vas en busqueda de tus raices y te das cuenta que aunque quieras que tus hijos vean y sientan su tierra, nuestra tierra, se les cierran las puertas.
Si es cierto el cristo de Trabau deberia de estar en Trabau, seria costoso el traerlo por los problemas de seguridad , pero tampoco nadie se ha planteado luchar por ello.
Y yo lanzo una pregunta ¿ porque dejamos que se pierda lo nuestro? Nuestras costumbres, nuestras tradiciones, nuestros usos. Nuestros hijos estan creciendo en un mundo aprendiendo cosas y formas de vida de otros lugares sin en realidad saber de donde vienen y lo mas duro sin saber si existe o no ese cristo o esos oficios que desfallecen que estan quemando sus ultimas cenizas.
El ayuntamiento de Degaña tiene mucho que ofrecer solo tenemos que creer en ello.
Yo sere una de esas personas contra corriente qeu defendere a mia tierra, sin desfallecer.

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