Vetustos se han quedado vuestros
métodos de extracción: hoy la explotación a cielo abierto es una herida que sangra hulla y me entristece. También ignoro los contenidos de los relatos de sus actuales empleados, aunque imagino que menos fascinantes que los oidos de tu boca: los pozos, el martillo, los guajes, las galerías sin cristales, los accidentes, la tira, o los pozos de ventilación que te sirvieron para terminar tomando un bocadillo al sol entre la retama.
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