El día de Santiago es la fiesta del pueblo. Se pasea una anacrónica imagen del Matamoros a la que teníais apego. Bajo el corredor bebimos sidra antes de la comida y ninguno de los allí presentes, o al menos así lo creo, pudo imaginar que solo lo veriaís un año más, ni que formaríais parte de la serie luctuosa más dramática de la familia puesto que uno tras otro sin darnos tregua, en cinco meses, nos fuistes dejando vuestra ausencia, Garrido, Salomé, Pepuco y vosotros dos.
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