un saludo muy cordial,
los danzantes de Degaña,
con alegría les dan.
Por segundo año celebramos
esta fiesta artesanal,
démosle nuestro apoyo
y así, continuará.
En tiempos no muy lejanos
Degaña se abastecía
de todo lo que sembraba
y artesanos hacían.
Citaré algunas cosas
que algunos las vivieron
y dejaré otras muchas
en la pluma y el tintero
Buenos queisos y manteiga
nuestro ganado nos daban,
con los huevos de las pitas
manjares se preparaban.
Los canteiros, con la piedra,
buenas paredes hacían,
los ferreiros en la fragua,
bien los fierros retorcían.
Nos calzaban los madreñeiros
que haberlos, había,
las madreñas y escarpines
calzado de gente fina.
Los cesteiros fabricaban
los carpanchos y cestitas,
algunos las decoraban,
su sello en ellas ponían.
Los carpinteiros soñaban
ser a cada cual más veloz,
la garlopa apartaban,
a machau lo hacían mejor.
Degaña siempre tuvo
fama de panaderos,
las fugacinas hacían
solían ser de centeno.
Y en la Linares, amigos,
huerta noble de Degaña,
también el lino crecía
que recias telas nos daba.
Y por estas mismas fechas
ya acababan de machar,
la yerba y la pacha
nel parreiro estaban ya.
Quedaba meter la fuecha,
arrancar nuestras patacas
pa engordar bien los gochos
y la vaca de matanza.
Y chegando el samartino,
¡Qué disgusto nos traía!
ver matar a los guchinos
y la vaca, si la había.
Si quieren saber más cosas
aquí tienen dos consejos,
preguntar a los mayores
y leer lo que tenemos.
Nuestro vecino Pedro
una novela escribió
que habla de nuestro pueblo,
costumbres y tradición.
No dejen de leerla
si algo quieren saber
de las cosas de la tierra
y formas de proceder.
Por el legado dejado
justo es reconocerle,
démosle un fuerte aplauso
y el cariño de su gente.
Y la Virgen de Fátima,
nuestra guía, Virgen Pura,
le pedimos que en Degaña
de lo malo nunca ocurra.
A estos chavales, ahora,
y al maestro que los guía,
van a verlos actuar
bailando la danza Prima.
Y si mientras danzan
ven pasar con un sombreo,
es para pedirles ayuda,
preparen el billetero.
¡Puxa la danza!
¡Puxa
Degaña!
(Octavio González)
No hay palabra ni pincel que se le resista a Octavio...Enhorabuena.
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