“Terminada la ceremonia, resuena en las calles de Degaña la gaita, una jota de brinco. El Gaitero de Rosa de Villarmeirín el de "Me arrastra el vino y así es, la vida" anda en reto con el Gaitero del Pardal. Allá por la Casa del Médico, en la ventilla, toca con ganas el último. Pero el de Rosa se engalla y mete baza en terreno ajeno. Se miran, cara a cara, sin dejar de soplar. Se miran encendida la color del rostro, como si tuviese que haber sangre. De repente, cesan los sones de uno y otro y beben, tranquilos, sin rencor, casi sonriendo, el tinto que Dios da para la cordialidad de los hombres. Uno, buscando rencilla grita:" ¡Pardal, te, puede el de Rosa! " Y El Pardal, con el vaso en la mano, que afina melodías, responde: "¡Estar por ver!". El Gaitero de Rosa de Villarmeirín levanta el mentón y suelta: “¡Pardal, átate los calzones!”, “¡Sóbrame soga, hermano!” vocea El Pardal, y otra vez resuenan las gaitas, toca que te toca los gaiteros."
Extracto de la crónica de Juan de Neguri, redactor del diario « Región » publicada el sábado 6 de agosto 1960.
(Original: Mario Ancares)
Muchos hemos olvidado que ambos gaiteros están relacionados con Degaña:
El gaitero de Rosa, hijo de Rosa, había nacido en la casa Valenciano de Degaña, en el lugar en el que se asienta hoy la casa de Sara del Corralín. Podría haberse conocido por lo tanto como el gaitero de Rosa de Degaña, pero su madre se casó con un viudo de Villarmeirín, y allí se trasladaron. A esa casa degañesa pertenece también uno de nuestros alcaldes: Manuel del Río.
El gaitero Bernardino (aunque algunos lo llamaran Belarmino) Mendez "El Pardal" había nacido en Taladrid, vino a buscar pareja en Degaña y se casó con una sobrina de Carmen de Romaldo. Vivió en Trabáu ("El tíu gaiteiru de Trabáu"). Carlos Fernández González tiene recogida su "Entremediu de misa, xota".
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