Existen muchos
tipos de nostalgia. La nostalgia del emigrante o del exiliado, aquella a la que
se refería Homero ya en el siglo VIII aC: “Nada hay tan dulce como la patria (…)
aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más opulenta". Es el “mal
del país”, “morriña”, “saudade”, “Heimveh”, “mal du pays” o el “dor de țară”, “un
deseo ardiente de casa, de la tierra” que dirían los rumanos. El mejor analgésico
para este tipo de nostalgia, melancolía o añoranza de quien desea regresar es…
cumplir el deseo: “volver al l.lugar”, “ya aiquí toy”.
Pero la cita de
Homero era incompleta. Faltaba la referencia a la familia, a los parientes,
deudos o amigos: “Nada hay tan dulce como la patria y los padres propios, aunque uno tenga en tierra extraña…”. La cura
para esta otra nostalgia de alguien se me antoja a veces más complicada, aunque
posible gracias a la memoria. La memoria para reencontrarnos con ellos, volver
para reencontrar en el pasado las gentes que le dieron vida y a quienes nos
dieron la vida. Nostalgia de alguien, ligada a la nostalgia del pasado, ese
país extraño en el que estamos exiliados, y al que podemos añorar volver. Esa añoranza,
melancolía o recuerdo de una dicha perdida, si fuera excluyente, podría devenir
“el camino previo para convertirse en estatuas de sal”, como dijera Mújica, y
no creo que sea éste el tono más adecuado para un pregón de unas fiestas que
son el escenario simbólico de la interacción entre lo religioso o espiritual y
lo profano, corporal o sensual.
Quisiera por
tanto dejar claro que los sentimientos sobre el pasado que aquí se traduzcan,
entroncan más con una nostalgia concebida como recurso para darles significado, un almacén positivo en la memoria, que nos ayude a afrontar mejor
nuestro futuro. Con esa intención, veremos “si soy quien” a hilvanar unas
cuantas palabras para memoria de muchos:
A quienes cunucieron el entremiso ya la cansiecha.
Quienes amasaron, arousaron el forno, fixieron
fogazas ya deixaban repeirar la masa las empanadas.
Quienes durmieron en xergones ya se iluminaron con
gabuzos.
Quienes mazaron cun odres, l.levaron la merienda
na fardela, fixieron cestos ya madreñas.
Quienes cunucieron el l.lino, las devanaderas, las
fusas ya las ruecas.
Quienes esquilaron pa luego cardar ya filar la
l.lana.
Quienes xugaron al irio o baxaron pu los cheirones
cun una alpargarta sola o descalzos.
Quien siempre l.levaba navacha nel bolso.
Quienes saben onde tan las Pandiel.las o la Veiga ‘i
Bustieguas, el Chano, la Chana, la Fleita, el Barreiro o las Curradas.
Quienes subiendo al Cogol.lo aún ven en frente la
Degüeves, Verdinaz o el Val.le las Retuertas.
A lus Manueles, que pur aiquí l.lámanse Manulo,
Lulo, Lolo, Lolín, Manolín o Manolexo.
A quienes cortaban l.leña cun el hachu la mina ya
entendían de machaos, machadas ya de bruesas,, aquel.las machadas cun muita
ganga cunas qu’el tíu Aquilino Santos faía las maseras ya las bacitas.
A quienes recuerdan que xunto a Ca’i Santiagón,
taban outras casas: la del Perico, la casa’l Pardo, la del Cangas, ca’i
Minguín, la casa’l Porro, la de la tía del Perico, la de Rumaldo, ya la última,
la de la tía Elvira.
A quienes tras la jornada de mina, cabruñaban
gadañas ya segaban cunu cachapo al cinto, engazaban, ya cargaban lus carros, ya
lus descargaban pu lus boqueirones, cun calor, sudor ya puixa, porque “Pa
Santiagu, hierba nel pachar / Pa San Salvador, a segar el pan”. Ya semaban el
pan ya entendían de cuartales ya fanegas; ataban la pacha o a grañuela o a
vencel.lo, facían las medas, ya sacaban música de lus menales nas eras de
chábanas ya muñica.
A quienes iban a escobas, piornos ya cepos.
A quienes respetaron siempre lus niales de las
andurinas, feitos cun pachas ya l.lueza.
Conocían la l.lamera, los capudros, el xirital,
los rebol.los u el salgueiro.
Quienes conservan las l.lariegas, lus fornos ya
lus hurius.
Quienes cumieron amuruédanos, abrunos, conxos ya
mostañas.
Quienes vierun ya sintierun curuxas, picatueros,
galfarros ya miluetos.
Quienes para aceptar que les l.lenaran el vasu,
dicían: “Buenu, un por decir…”
Quienes tenían menú fijo pa Santiago: ensaladilla
rusa, curdeiro ya brazo gitano.
A quienes guardaban na sua memoria lus almuerzos
de la siega cun el caldu, la pila lus feixuelos ya la bota vino; ya las pitas,
dentro’l pul.leiro.
A quienes cuitaban praos, eiros ya l.linares, ya
esparcían las toupas, ralbaban ya semaban las patacas, las apicaban ya las
arredondaban, ya esperaban a To los Santos a que se abrieran las roderas.
Sabían cuando l.labraban si el aráu iba l.leneo, ya si el eiro tinía muitas
fetías que lu faían saltar.
A quienes iban a curtar l.leña ya preparaban las
treitas… pa baxalas pulus treitorios, tiraban pur feixes de fuel.la atadus cun
bilortos d’escoba.
Quienes mataban lus gochos, lus escaldaban ya lus
raspaban pa quita-l.lys las serdas, recuchían l’untu ya la untaza, que luego de
saladoa, ya curada’l fumu, terminaba nel pote´l caldo. Probaron lus torruchos
ya facías las fichuelas, butiel.los, murciel.las, anchoscos, l.linguanizas,… ya
culgaban toucín nel garrupeiro.
Quienes participanon n’ esfuechas ya filandones.
Quienes aún saben lu que ía una recha, las
ourecheras, el pizpineiro o el dentil, el mediano, el arcoxo o la cabicha, los
tadonxos, los l.ladrales ya la pezonera.
A quienes atouzonaron bien lus carros ya guardan
muchidas, l.loros ya cornales.
Quienes sabían de la cuarta, de las vacas de a
medias ya de las prendadas.
Quienes subían a las brañas ya pasaban la nueite
nas cabanas ya l.lamaban a las vacas po los suos nomes: Princesa, Rubia, Capitana, ya las muñían cantando cumu Rosalía
de Ca’i Pachón.
Quienes acudían de nenos a la l.lamada d’un tíu
cun una taza yal momento taba l.lena de cachelos bañaos en l.leite.
A quienes cumpusieron loyas aunque pa caseálas
tardaran tres días ya tres nueites, ya danzaron muitos anus tras el pendón;
Y a quienes recuperan mañana loyas y danza, y
quizás algún día, el pendón, a todos ellos, va dedicado este pregón de las
fiestas de Santiago y Santana, a las que degañeses, vecinos, amigos y
visitantes estamos invitados a celebrar y a participar.
Un pregón soberbio, inmejorable, óptimo e impar.
ResponderEliminarRefleja a la perfección una forma de vida que afortunada o desgraciadamente ya no existe. Enhorabuena por tu esplendido trabajo.
ResponderEliminar"¿No es sorprendente que la canción, ahora el himno, de nuestra tierra, el "Asturias, patria querida", sea sustancialmente una canción de profunda nostalgia? Esto somos entrañablemente, intensamente, soñando siempre, buscando siempre la vuelta a los recuerdos y sensaciones que allí hemos dejado: la frescura y la humedad del ambiente, el olor del pajar y la hierba, del humo de la aldea, de la brisa del mar, de los robles y manzanos, del aire del "llagar". Es como una serena locura de amor"
ResponderEliminarAurelio Menéndez Menéndez "A propósito de Asturias." P.54. Biblioteca Caja de Ahorros de Asturias, Colección los contemporáneos asturianos. Oviedo 1990.